23-04-2024 08:55 PM Tiempo de Jerusalén

Putin expresa de nuevo la solidez de la alianza entre Rusia y Siria

Putin expresa de nuevo la solidez de la alianza entre Rusia y Siria

Hace pocos días el presidente ruso, Vladimir Putin, aprovechó un discurso en el Foro Económico de San Petersburgo para enfatizar que la postura rusa hacia Siria no había sufrido ningún cambio.

Hace pocos días el presidente ruso, Vladimir Putin, aprovechó un discurso en el Foro Económico de San Petersburgo para enfatizar que la postura rusa hacia Siria no había sufrido ningún cambio. El tiempo de esta declaración vino dado por dos hechos. En primer lugar, la necesidad que Rusia tenía de salir al paso de las informaciones falsas difundidas por medios hostiles a Siria y que se referían a un posible cambio de postura de Rusia e Irán hacia Damasco.

Tales rumores formaban parte de una ofensiva de guerra psicológica y mediática que ha acompañado a la militar llevada a cabo en la provincia norteña Idleb por el Frente al Nusra (la rama siria de Al Qaida) y otros grupos afines y que fue decidida por los regímenes turco, saudí y qatarí, como resultado de su nerviosismo ante el próximo acuerdo nuclear entre las seis grandes potencias e Irán, que dará a este último país el estatus de gran potencia en Oriente Medio.

Esta ofensiva muestra a las claras que estos regímenes, y su mentor y protector, EEUU, no están interesados en una solución política al conflicto de Siria y apuestan por una siempre fracasada solución militar. De hecho, la toma por parte del Frente al Nusra de vastos territorios en la provincia de Idleb ha tenido ya efectos negativos para los terroristas en Siria, que ni ellos ni sus patrocinadores podían prever. En primer lugar, ha servido para reducir el tamaño del frente y permitir al Ejército sirio concentrar mejor sus fuerzas en todas las zonas “útiles” de Siria dejando a los terroristas poco más que montículos de arena.

Por otro lado, la crueldad de los terroristas ha llevado al desplazamiento de miles de sirios que están describiendo ahora el tipo de vida que espera a todos aquellos que residan en las zonas bajo su control. La reciente masacre de 40 drusos en un pueblo de Idleb ha motivado la creación de milicias populares en provincias como Suweida y Latakia y no hay motivo para dudar que estas milicias jugarán un papel relevante, como sucede en Iraq, aunque con la diferencia de que el Ejército sirio es mucho más fuerte y experimentado que el iraquí.

Otra razón que existió detrás del discurso fue el deseo de Putin de eliminar cualquier duda que pudiera surgir en relación al viaje del príncipe heredero y ministro de Defensa saudí, Mohammad bin Salmán, a Moscú que tenía por objeto el de adquirir armas rusas en un momento en el que Arabia Saudí mantiene un alejamiento con respecto a EEUU en varios temas. Dado que Arabia Saudí lleva a cabo una política exterior basada en el soborno y la compra de voluntades algunos habían especulado con una nueva oferta -como la realizada hace tres años por el príncipe Bandar bin Sultan- a Rusia a cambio del fin de su apoyo a Siria. Sin embargo, Rusia es una gran potencia y no un país tercermundista arruinado que se deja comprar como es el caso de varios estados árabes. En este sentido, el discurso de Putin sirvió para impedir cualquier interpretación política o mediática errónea de esta visita.

Por todo ello, el discurso de Putin sirvió, sobre todo, para dejar clara la inalterabilidad de la postura de Rusia, cuya relación con Siria reviste un carácter estratégico y no táctico o puntual. Rusia, que a diferencia de EEUU y otros estados occidentales nunca ha utilizado el terrorismo como arma en contra de sus rivales, ve claro el peligro que supone para el mundo entero la expansión del EI y de Al Qaida en el país árabe.

Putin mostró una vez más, en este sentido, la determinación de Rusia de apoyar a Siria en su lucha contra el terrorismo y advirtió en contra de la repetición de los escenarios de Libia e Iraq en Siria. El mensaje de Putin fue aún más inequívoco por cuanto que destacó su apoyo al presidente Bashar al Assad, elegido abrumadoramente en las elecciones presidenciales del pasado año y que sigue siendo el mejor garante de la supervivencia y victoria del Estado sirio frente a los terroristas.

La mención a Assad deja también claro que cualquier solución política que pueda surgir tendrá lugar bajo el liderazgo del presidente Bashar al Assad, lo cual garantiza que los principios y alianzas del Estado sirio permanecerán sin cambios.

Este discurso ha sido destacado como muy importante por los medios israelíes. Una fuente de inteligencia israelí dijo al diario Haaretz que Rusia e Irán continuarán trabajando juntos para ayudar y garantizar la supervivencia del Estado sirio. Según el comentarista de temas militares de Haaretz, Amos Harel, la ayuda rusa e iraní abarca diferentes campos como son el aspecto militar, el económico y el de la inteligencia. Él señaló que las armas de estos países servirán para impedir cualquier avance de los grupos terroristas dentro de Siria y fortalecerán al Estado sirio. Él considera que tal ayuda continuará al menos al mismo ritmo de los últimos cuatro años.

Con dicho apoyo, el Ejército sirio se ha reorganizado y preparado nuevas líneas de fortificación. Esta reorganización le ha permitido ya lograr notables victorias en el mes de Junio en Hasaka, Suweida, Quneitra, Qalamún y Alepo. En este sentido, los grupos armados han sufrido cientos de bajas, incluyendo de muchos comandantes locales, y sus perspectivas se ven también oscurecidas por el declive de sus patrocinadores. El revés electoral del AKP de Erdogan en Turquía y el doble fracaso saudí en Yemen y Siria arrojan sombras de duda sobre la futura continuación del apoyo a tales grupos.