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Atentado de Burgas: una Operación Israelí de Falsa Bandera?

Atentado de Burgas: una Operaci&oacuten Israelí de Falsa Bandera?

Hezbolá ha rechazado una investigación búlgara que culpó a su “rama militar” por un ataque con bomba que causó la muerte a cinco turistas israelíes en la ciudad de Burgas en julio de 2012.

Hezbolá ha rechazado una investigación búlgara que culpó a su “rama militar” por un ataque con bomba que causó la muerte a cinco turistas israelíes en la ciudad de Burgas en julio de 2012. El vicesecretario general del partido libanés, Sheij Naim Qassem, afirmó que Israel estaba llevando a cabo una campaña internacional contra Hezlábo y afirmó que el informe búlgaro era parte de una serie de “alegaciones, incitaciones y acusaciones” contra el partido libanés promovidas por Israel.

Nadie, en realidad, debería tener dudas sobre la existencia de tal campaña. En Julio de 2012, sólo dos horas después de que el ataque en Burgas tuviera lugar y ninguna investigación se hubiera iniciado todavía, el gobierno israelí culpó a Irán y Hezbolá del mismo. Los medios corporativos occidentales inmediatamente reprodujeron las alegaciones israelíes como si ellas fueran hechos probados.

Más recientemente y poco después de que el gobierno búlgaro publicara su informe, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, pidió a la Unión Europea que incluyera a Hezbolá en su lista de organizaciones terroristas. En realidad, Israel ve a Hezbolá, junto con Irán y Siria, como el principal obstáculo para sus planes encaminados a dominar y controlar totalmente Oriente Medio.

Las palabras del primer ministro israelí fueron repetidas casi al pie de la letra por el asesor en temas de terrorismo y futuro jefe de la CIA, John Brennan, que pidió a los estados de la UE que “lleven a cabo una acción activa para poner al descubierto la infraestructura de Hezbolá y desbaratar los planes de financiación y las redes operativas del grupo”.

Según la publicación Jewish Chronicle, el primer ministro británico, David Cameron, está también tomando parte en la campaña. Él habría pedido a la comunidad judía británica que le ayude a convencer a la Unión Europea para que ponga a Hezbolá en la lista negra. En un reciente encuentro con el Consejo del Liderazgo Judío, el primer ministro pidió a sus miembros que “hicieran ruido” y “llevaran a cabo una campaña a nivel de base para pedir a la UE que emprenda una acción” contra el partido libanés.

Sin embargo, Hezbolá ha dejado claro que la campaña de calumnias sionista no le obligará a cambiar sus políticas en la región o su voluntad de defender al Líbano contra cualquier futura agresión sionista. “Todas estas acusaciones contra Hezbolá no tendrán efecto y no cambiarán los hechos,” dijo Naim Qassem, según Reuters. “No nos someteremos a estas presiones y no cambiaremos nuestras prioridades. Nuestra brújula continuará dirigida hacia Israel”.

En realidad, la sumisión del gobierno de Bulgaria -un país donde la corrupción institucionalizada y sistemática reina tanto en los círculos políticos como legales- a Israel y su versión de los hechos está muy clara. Bulgaria es uno de los estados que fueron descritos como miembros de “la nueva Europa” por el ex secretario de Defensa de EEUU Donald Rumsfeld en 2003. Con este término ostentoso, Rumsfeld se refirió a los nuevos miembros de la OTAN de Europa del Este que, a diferencia de Alemania o Francia, estuvieron dispuestos a apoyar la invasión de Iraq a pesar de las mentiras que la Administración Bush utilizó entonces para justificar la guerra. En ese sentido, nadie puede creer que el gobierno conservador búlgaro sea capaz o esté dispuesto a decir la verdad sobre una investigación si es sometido a fuertes presiones de Washington o Tel Aviv.

Cabe señalar que el gobierno búlgaro de Boiko Borisov ha adoptado una postura claramente pro-israelí en los últimos años. En Julio de 2011, una declaracion israelo-búlgara anunció una amplia cooperación entre las dos partes en múltiples asuntos. Un año más atarde, el 8 de Julio, el antiguo ministro de Exteriores de Bulgaria, Solomon Passy, dijo a The Times of Israel que Israel “debería llevar a cabo agresivos esfuerzos para incorporarse a la OTAN y la UE”.

Desde el ataque de Burgas, diversos responsables búlgaros han realizado varias visitas a Israel. Según varios expertos, un acuerdo de cooperación militar entre Bulgaria y la entidad sionista podría ser el precio percibido por Bulgaria a cambio de la acusación contra Hezbolá.

Esta actitud sumisa ha sido denunciada por los partidos de la oposición búlgara, que han acusado al gobierno de Borisov de haber actuado bajo la presión israelí y estadounidense. “Se trata de un acto injustificable que es muy peligroso” dijo el líder del Partido Socialista Búlgaro (BSP), Serguei Stanishev, a la agencia Sofia News. “Resulta obvio que el gobierno de Bulgaria ha escogido un enfoque político que se limita a repetir la interpretación lanzada por Israel al día siguiente del ataque. El gobierno ha entrado en un juego político internacional de una forma irresponsable, sin calcular las consecuencias”. El partido nacionalista Attack y el partido étnico turco MRF se han unido a las críticas del Partido Socialista.

Otro tema problemático para Tihomir Bezlov, del Centro para el Estudio de la Democracia, un think-tank (instituto de análisis político) de Sofia, fue que la investigación “ha dependido enormemente de los recursos de servicios de seguridad extranjeros”. Esto significa que Israel y EEUU, ambos con un evidente interés en culpar en Irán o a Hezbolá por el ataque, “ayudaron” a los búlgaros a orientar la investigación.

Poco después del ataque, John Brennan viajó a Bulgaria. Allí y sin tener ninguna evidencia, apuntó su dedo a Hezbolá y a Irán. “Existen claras indicaciones de que Hezbolá e Irán han estado implicados en conspiraciones terroristas contra inocentes en muchas partes del mundo”, dijo en una conferencia de prensa al lado de Borisov el 24 de Julio. El primer ministro búlgaro probablemente comprendió bien cuál era el resultado de la “investigación” que Washington deseaba.

Debido a todo esto, algunos expertos han descrito la decisión del gobierno búlgaro de acusar a Hezbolá como parte de “un juego más amplio vinculado a diversos conflictos en Oriente Medio,” según AFP.

Evidencias de una operación israelí “de falsa bandera”

En realidad, existe una gran cantidad de pruebas contrarias que sugieren que el ataque fue una operación israelí “de falsa bandera” cuidadosamente orquestada para dañar la imagen de Hezbolá e Irán y presionar a la Unión Europea para que incluya a Hezbolá en su lista de organizaciones terroristas, según Kaveh L. Afrasiabi, uno de los mayores expertos en temas iraníes, que ha estudiado este caso en profundidad y ha planteado interesantes cuestiones acerca del atentado de Burgas en un artículo publicado en el sitio criticalstudies.org. Así por ejemplo, “según la versión oficial, tres kilos de TNT explotaron en la parte delantera del autobús, pero sólo el conductor y cinco israelíes que estaban situados en la parte de atrás del mismo fallecieron supuestamente. Todos los otros pasajeros resultaron ligeramente heridos. Un video amateur del autobús, tomado varios segundos después de la explosión, no muestra a nadie saltando del autobús. Además, el pasaporte de un supuesto terrorista fue encontrado intacto a pesar del fuego que consumió el autobús”.

Poco después de la explosión, un grupo israelí conocido como Zakar apareció inmediatamente en el lugar y recogió los cuerpos de los fallecidos. “¿Por qué estaba este grupo en el aeropuerto en aquel momento?”, se preguntó Afrasiabi. Por otro lado, Israel se apresuró a enviar a todos los pasajeros de vuelta a Israel a la mañana sigueinte y no permitió que los investigadores búlgaros les entrevistaran. Israel también envió los cuerpos de vuelta a Israel antes de que las autoridades búlgaras tuvieran la oportunidad de realizar una autopsia o identificarlos.

“Israel no dio pasaportes ni identificaciones y los israelíes fueron capaces de salir de Bulgaria simplemente en base a la palabra del embajador israelí de que “reconoció a todos y cada uno de ellos”. En otras palabras, es perfectamente posible que varios israelíes que llegaran a Burgas en el mismo avión y de los que se dijo que habían resultado muertos como resultado de la explosión hubieran podido volver a Israel subrepticiamente sin levantar la menor sospecha,” señala Afrasiabi.

“Existe una buena cantidad de evidencias que sugieren que el autobús que fue objeto supuestamente del ataque estaba vacío y que los únicos pasajeros heridos estaban a bordo de otro autobús que se hallaba justo al lado y recibieron heridas menores,” añade Afrasiabi. Él examinó “decenas de fotos de los turistas israelíes en cuestión, que sin duda habrían recibido heridas faciales y en otras partes del cuerpo mucho peores si hubieran estado dentro del autobús donde ocurrió la explosión”.

En realidad, Israel ha llevado a cabo operaciones de falsa bandera durante mucho tiempo. En 1986, comandos israelíes instalaron una antena en Trípoli con el fin de llevar a cabo una provocación contra Libia. Victor Ostrovsky, un antiguo agente del Mossad, escribió en su libro “Por el camino de la decepción” que “hacia finales de marzo de ese año, los norteamericanos estaban interceptando mensajes emitidos por el troyano -un dispositivo de comunicación implantado por comandos navales muy dentro del territorio del país enemigo- que fue sólo activado durante las horas de fuerte tráfico en las comunicaciones. Utilizando el troyano, el Mossad intentó crear la impresión de que una larga serie de órdenes para cometer actos terroristas estaban siendo transmitidas a varias embajadas libias alrededor del mundo. Tal y como el Mossad había esperado, las transmisiones fueron descifradas por los norteamericanos y constituyeron una amplia prueba de que los libios eran activos espónsores del terrorismo”.

Otro experto, Michael Collins Piper escribió en el American Free Press que “el 3 de Octubre de 1980 una sinagoga en la Calle Copérnico de París fue objeto de un atentado con bomba. Cuatro personas resultaron muertas y nueve heridas. Los medios de comunicación lanzaron una histérica campaña a nivel mundial por este incidente. Se publicaron informes que culpaban a “extremistas de derecha” por el atentado. Sin embargo, de todos los extremistas que fueron interrogados en relación a este ataque, ninguno fue arrestado. De hecho, todos fueron puestos en libertad. En los altos escalones de los servicios de inteligencia franceses, sin embargo, el dedo acusatorio apuntó al Mossad”.

El 10 de Septiembre de 2001, la portada del Washington Times vino ocupada por un reportaje que señalaba que 60 altos analistas de la Escuela de Estudios Militares Avanzados del Ejército de EEUU habían escrito un informe en el que afirmaban que el Mossad era “impacable” y “preciso” y “tiene la capacidad de atacar a las fuerzas estadounidenses y hacerlo aparecer como una acción palestina y árabe”.

Una trampa para los países europeos

La acusación del gobierno pro-israelí de Bulgaria no sólo va dirigidas contra Hezbolá, sino que constituye también una trampa política para los estados europeos. Cabe señalar que la influencia europea en el mundo árabe ha disminuido tras el inicio de la Primavera Árabe y el fin de algunos regímenes autoritarios con los que los estados europeos tenían fuertes vínculos. Una acción contra Hezbolá dañaría aún más su influencia en el Líbano, Oriente Medio y el mundo musulmán.

Francia y otros países europeos que participan en la UNIFIL (la fuerza de interposición de la ONU) en el Sur del Líbano ya no podrían afirmar que mantienen una postura neutral si ellos llevaran a cabo tal provocación en contra de Hezbolá. Los residentes shiíes allí probablemente rechazarían su presencia en ese caso y estas fuerzas serían incapaces de mantener la estabilidad en el área de acuerdo con la Resolución 1701 de la ONU. Al mismo tiempo, su objetivo de preservar la calma en el Líbano y evitar que la crisis siria se extienda a este país se haría cada vez más difícil. Esto puede hacer feliz a Israel pero dañaría gravemente los intereses europeos en Líbano y Oriente Medio en su conjunto.

Francia está perdiendo rápidamente su influencia en el mundo musulmán. El país está enfrascado en una guerra contra los grupos extremistas en Mali, que es vista ampliamente como una guerra neocolonial en una gran parte del mundo árabe y musulmán. También se ha convertido en objeto de las protestas y condenas en Túnez y Egipto por su supuesta injerencia en la política interna de estos países y sus críticas contra los partidos islamistas. Además, ha perdido su influencia en Siria debido a su apoyo a la oposición radical. En este contexto, Francia no está preparada para abrir otro frente político que le llevaría a un choque con Hezbolá y la coalición mayoritaria en el Líbano y con el mundo shií en general.

Italia, que posee el mayor contigente en la UNIFIL, es hostil también las acciones en contra de Hezbolá. Chipre y Malta comparten su postura. Andrea Dessi, investigadora italo-americana en el Instituto de Temas Internacionales de Roma, cree que “las dudas de Italia están relacionadas con el hecho de ser parte de la UNIFIL, pero también debido a que, a diferencia de otros, los países del Sur de Europa pueden ver también el trabajo de Hezbolá en el campo social”. Sin embargo, el tema es saber si esos países serán capaces de mantener su postura independiente o si ellos finalmente se inclinarán ante las presiones estadounidenses.