28-03-2024 09:14 PM Tiempo de Jerusalén

Sheij Nimr, el régimen saudí y el Islam

Sheij Nimr, el régimen saudí y el Islam

Un aspecto particularmente repulsivo del régimen saudí es el de basar sus crimenes y atrocidades en una versión manipulada y falsa de los textos islámicos, y en especial del Sagrado Corán.

Un aspecto particularmente repulsivo del régimen saudí es el de basar sus crimenes y atrocidades en una versión manipulada y falsa de los textos islámicos, y en especial del Sagrado Corán. Tras la reciente ejecución de Sheij Nimr y otras 47 personas, muchos se preguntaron, por ejemplo, si existe algún precepto en el Islam que se refiera a la decapitacion, un método de ejecución utilizado de forma regular por las autoridades del reino. La respuesta es negativa.

Pese a ello, el régimen saudí continúa manipulando la religión pretendiendo que su monarquía absolutista “sigue los preceptos del Libro de Al-lah y de la Sunnah de Su Mensajero (P)”.

El Sagrado Corán, sin embargo, no es un libro que apoye los regímenes monárquicos absolutistas y tiránicos sino que critica especificamente a los reyes y les acusa de extender la corrupción. "Los reyes corrompen cualquier tierra que ellos invaden, y subyugan a sus personas dignas. Esto es lo que ellos hacen generalmente.” (27:34)

También condena la crueldad, la coacción y la tiranía específicamente. “Sólo incurren en él (reproche) quienes oprimen a los hombres y se insolentan en la tierra injustamente. Esos tales tendrán un castigo doloroso” (42:42).

Por lo tanto, es fácil encontrar en el Sagrado Libro condenas para todos los comportamientos y acciones de la monarquía absolutista saudí, incluyendo su apoyo a los terroristas a los que el Sagrado Corán equipara con los que extienden la corrupción y el caos sobre la tierra y contra los que el Libro permite, junto con los asesinos, la pena capital.

Arabia carece de constitución y de cualquier forma de sistema legal coherente y moderno. En este sentido, el régimen saudí utiliza a un grupo de clérigos pagados por el Estado para que refrenden todo aquello que quiere llevar a cabo.

En 1971, el gobierno saudí estableció un organismo religioso que incluye a un número limitado de figuras religiosas nombradas a dedo por orden real. Su presidente es el Gran Mufti de Arabia Saudí. Estos clérigos han tenido una larga historia de justificar todos los crímenes y abusos de la familia real saudí, incluyendo la última ejecución de Sheij al Nimr. Así por ejemplo, el predicador saudí Ali al Maliki dijo recientemente que el Guardián (el rey saudí) tenía el derecho de matar a un tercio de su pueblo con el fin de salvar el país. Opiniones de este tipo abundan en el historial de este organismo, que ha establecido también una prohibición absoluta de cualquier protesta contra el gobernante, incluyendo manifestaciones o huelgas.

Al mismo tiempo, estos clérigos emiten fatuas y condenas contra todos aquellos gobiernos que rechazan la tutela saudí o las posturas del régimen, incluyendo los de Siria, Iraq, Irán etc. Todos los sunníes ortodoxos que rechazan el wahabismo, los shiíes, los sufíes etc son objeto así de una declaración de apostasía y se hacen, de este modo, acreedores a la pena de muerte.

Cabe recordar aquí que no sólo las mezquitas shiíes o los centros sufíes son objeto de atentados mortales, sino también sabios sunníes como Mohammad Said Ramadan al Buti, asesinado el 21 de Marzo de 2013 en un atentado suicida mientras impartía clases en una mezquita de Damasco. Al Buti no pudo ni siquiera realizar la Peregrinación debido a loa prohibición del régimen saudí, que utiliza su control sobre los santos lugares para impedir a algunos cumplir una obligación declarada sagrada por el Islam.

Estas opiniones y puntos de vista bárbaros y radicales son difundidos por medio de las cadenas de teleivisón wahabíes financiadas por el régimen saudí, que llegan a una audiencia muy extensa en el mundo árabe. Estos medios y sabios son así los promotores de la ideología takfiri y una fuente de reclutamiento para los grupos terroristas.

De este modo, el Estado saudí está basado en una doctrina extremista, el wahabismo, que fue declarada herética por los sabios ortodoxos del Islam sunní tras su aparición en el s. XVIII. Dicha ideología declara apóstatas y reos de ejecución a todos los que no siguen su doctrina extremista, incluyendo a la mayoría de los musulmanes. El wahabismo es la ideología del EI, de Al Qaida y de muchos otros grupos terroristas que difunden el caos por todo el mundo. Al mismo tiempo, se ha convertido en ideología oficial y fuente de legitimidad de una monarquía absolutista y cruel que lo utiliza como fundamento para mantener oprimido al pueblo árabe, violando así los preceptos del Sagrado Corán, y para legitimar sus acciones.

En este sentido, una de las grandes aportaciones de Sheij Nimr al Nimr fue el denunciar las acciones de la monarquía saudí desde una perspectiva islámica y pedir libertad para el pueblo. Esto fue, al mismo tiempo, la razón real de su muerte.