29-03-2024 04:21 AM Tiempo de Jerusalén

La UE busca imponer a Grecia políticas de austeridad extrema

La UE busca imponer a Grecia políticas de austeridad extrema

La UE busca imponer a Grecia medidas extremas de austeridad para conceder nuevos préstamos al país con el fin de evitar su bancarrota.

Los ministros de Economía de los países miembros de la Eurozona han rechazado una propuesta de última hora para evitar el impago en que iba a caer Grecia cuando expirara el programa actual en la medianoche del 30 de Junio mediante la prórroga del rescate al país durante unos días. Esta prórroga permitiría a Grecia negociar un tercer rescate de 29.100 millones de euros. La respuesta del Eurogrupo ha sido la de afirmar que no habrá ninguna prórroga hasta después de que se celebre el próximo domingo el referéndum griego sobre la aceptación o no de las condiciones de la Troika -El Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional-.

Sin embargo, Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, ha afirmado que los ministros habían tomado nota de la nueva propuesta de Grecia, que es más cercana a lo solicitado por las instituciones europeas, pero ha advertido que el nuevo programa podría imponer condiciones más duras que las anteriores.

El 30 de Junio terminó también el plazo para que el gobierno griego haga frente al pago de 1.500 millones de euros de al FMI, que el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, anunció que el país no iba a pagar, con lo que entraba en una situación de “mora”, la primera vez que esto sucede en el caso de una nación desarrollada.

El rechazo a la propuesta griega también significa que Grecia no tendrá acceso a los fondos pendientes del programa de rescate que suman un total de 16.000 millones de euros.

Alternativa de la UE para Grecia

Las exigencias europeas para llegar a un acuerdo con Grecia sobre la deuda sólo pueden ser calificadas de brutales por cuanto que condenan a más de una generación a un nivel de penuria sin precedentes. Después de haber llevado a cabo recortes por valor de miles de millones de euros en gastos sociales y salarios, la UE exige también ahora fuertes recortes en las pensiones, medidas que el ministro de Trabajo griego, Dimitris Stratoulis, denunció como una “completa humillación” para el país o incluso de “esclavitud y exterminio” del pueblo griego.

La demanda de la UE exige a Grecia un total y abierto repudio a los resultados de las elecciones de este mes de enero en Grecia, que Syriza ganó en base a las promesas de poner fin a las medidas de austeridad. La canciller alemana Angela Merkel llamó públicamente al primer ministro griego Alexis Tsipras a “cerrar la boca” durante una cena con responsables europeos cuando aquel pidió más tiempo para resolver la crisis de la deuda griega.

“Después de cinco meses de duras negociaciones, nuestros socios, por desgracia, terminaron haciendo una propuesta que era un ultimátum hacia la democracia griega y el pueblo griego”, dijo Tsipras. Él añadió que la UE había sometido a Grecia a una “humillación y chantaje” y dijo que la propuesta de la UE “viola las normas europeas y derechos básicos al trabajo, la igualdad y la dignidad”.

En este sentido, los responsables de la UE y Merkel cifran sus esperanzas en que sus presiones tendrán éxito y el pueblo griego aceptará, con un voto de “sí”, sus imposiciones con el fin de mantener al país en la zona euro, a pesar de que esto lo llevará a una situación de pobreza sin precedentes. Responsables europeos señalan que un voto del “no” llevaría al país a salir de euro, al fin del crédito de la UE y al colapso del sistema bancario griego. Los partidos tradicionales griegos, como los conservadores y los socialistas del PASOK apoyan el voto del “sí”.

Los partidarios del “no” afirman que que la salida de la Eurozona y la reintroducción del dracma llevarían al fin del control europeo de la política monetaria de Grecia, a través del euro, y permitirían resolver la crisis mediante la devaluación de la moneda griega y evitar un colapso del Estado griego. Esto, sin embargo, esto podría llevar a la pérdida del 40% del PÎB del país en el primer año después de que se produjera la salida del euro, según algunos expertos.

La victoria del “sí” supondría la aceptación de la propuesta europea con todos los costes sociales que ello implica. Incluso en el supuesto de que se cumplieran las previsiones más optimistas del FMI de “un crecimiento sostenido” de Grecia durante 15 años, algo muy poco probable en la práctica, la deuda griega continuaría siendo del 118% del PIB en el año 2030.

Este panorama puede llevar también al país a acabar convirtiéndose en una dictadura militar, una posibilidad que ya ha sido planteada por algunos analistas griegos y europeos y que buscaría acallar las protestas de la población contra las medidas de austeridad extremas.

Otros expertos advierten que el partido Amanecer Dorado, de ideología neonazi, podría ser el nuevo beneficiario del descontento social si el gobierno de Syriza no respeta al final las promesas que hizo al electorado griego sobre el fin de la política de austeridad, que hoy por hoy parece más alejado que nunca.