16-04-2024 02:27 PM Tiempo de Jerusalén

Combatientes kurdos levantan el cerco del EI al Monte Sinyar

Combatientes kurdos levantan el cerco del EI al Monte Sinyar

Los combatientes kurdos peshmergas han roto el cerco al Monte Sinyar, en el norte de Iraq, que fue impuesto desde hace varias semanas por el grupo takfiri Estado Islámico (EI).

Los combatientes kurdos peshmergas han roto el cerco al Monte Sinyar, en el norte de Iraq, que fue impuesto desde hace varias semanas por el grupo takfiri Estado Islámico (EI), indicó un alto responsable de seguridad kurdo.

“Las fuerzas peshmergas han alcanzado el Monte Sinyar y han roto el asedio a la montaña”, manifestó Mansur Barzani, presidente del Consejo de Seguridad de la región autónoma del Kurdistán, en un centro de operaciones cercano a la frontera siria.

Mohiedín al Mazuri, del Partido Democrático del Kurdistán, expresó a la prensa que los peshmergas ascendieron al monte y abrieron un corredor seguro para evacuar a los civiles.

El Monte Sinyar estaba en manos de combatientes kurdos y yazidis, pero llevaba asediado por el EI desde el verano. En él se habían refugiado también decenas de miles de yazidis después del avance del EI el pasado agosto.

En un comunicado, la Oficina de Barzani indicó que el asedio fue roto a las 16:30 horas del jueves y esto fue el resultado de una operación que implicó a 8.000 peshmergas.

“Esta operación representa (para las fuerzas kurdas) la mayor ofensiva militar contra el EI y la más exitosa”.

Los takfiris huyeron en masa en dirección a Mosul, la segunda ciudad del país.

El jueves, aparatos de la coalición internacional bombardearon también objetivos del EI al norte de Tal Afar, un sector situado a unos 40 kms al este de Sinyar, dijo Anuar Brahim, oficial de los servicios de inteligencia kurdos, llamados Assayesh.

Estas mismas posiciones del EI fueron objetivo asimismo de bombardeos de la artillería de los peshmergas, según los responsables.

Durante su ofensiva contra Sinyar en agosto, el EI mató a centenares de yazidis, una minoría que vive desde hace siglos en el norte de Iraq, y obligó a decenas de sus miembros a refugiarse en la montaña.