Para el ministro israelí de Agricultura, Uri Ariel, “es tiempo ya de instaurar la soberanía israelí sobre Cisjordania”.

El pasado 10 de enero, los miembros del grupo parlamentario Tierra de Israel asistieron a la plantación de unos árboles en el asentamiento de Maaleh Adumim, en la Cisjordania ocupada, en presencia del ministro israelí de Agricultura, Uri Ariel.

Para Ariel, “es tiempo ya de instaurar la soberanía israelí sobre Cisjordania” y añadió: “Esto es un ritual. Cada víspera de elecciones, el primer ministro se dirige a los asentamientos para anunciar la construcción de edificios y dos días más tarde, desaparece. He venido para animar a Netanyahu en su acción porque ha llegado el momento de reconstruir y anexionar la zona C (de Cisjordania)”, dijo Ariel.

Por su parte, el alcalde de Maaleh Adumim, Benny Kashriel, llamó a la Knesset a anular la “congelación” de las construcciones en los asentamientos. “Si no votáis en las futuras elecciones, las construcciones no tendrán lugar sólo en Maaleh Adumim, sino en toda Cisjordania”, señaló el sitio israelí 124.

La derecha israelí, liderada por Netanyahu, busca ampliar los asentamientos en los territorios palestinos con el fin de impedir el establecimiento de un estado palestino independiente y dar al traste con la solución de dos estados.

Por su parte, el líder del Partido Laborista, Isaac Herzog, advirtió el pasado martes que Israel está “en medio de la tercera intifada”.

Él advirtió sobre los puntos de vista que prevalecen, según él, en algunos sectores de izquierda. “Si continuamos negando la verdad, podría ser la más seria intifada de todas. Sin embargo, algunos continúan soñando. Los sueños románticos de algunos en la izquierda es que si mañana por la mañana ofrecemos una mano en señal de paz, los palestinos inmediatamente la estrecharán. Eso son sólo sueños. Hay demasiado odio e incitación”.

Por otro lado, él criticó a la derecha: “Los sueños mesiánicos de algunos en la derecha de que surgirá un estado desde el Río Jordán hasta el mar y que será el hogar nacional de las dos naciones, con seis millones de palestinos y seis millones de judíos, no es un sueño. Es una pesadilla. Es la pesadilla del primer ministro, Benyamin Netanyahu, que explotará en nuestras caras y nos apuñalará a todos”.