24-04-2024 08:23 PM Tiempo de Jerusalén

Rusia se convierte en la potencia más influyente en Oriente Medio

Rusia se convierte en la potencia más influyente en Oriente Medio

Gracias a la operación en Siria, la influencia rusa en Oriente Medio ha alcanzado un nivel sin precedentes desde el fin de la Unión Soviética.

Gracias a la operación en Siria, la influencia rusa en Oriente Medio ha alcanzado un nivel sin precedentes desde el fin de la Unión Soviética, mientras que las posiciones de EEUU en la región no dejan de debilitarse por diversas razones, incluyendo su apoyo al terrorismo y su alianza con regímenes despóticos, como el régimen sionista o la monarquía absolutista de Arabia Saudí, que son odiados y repudiados en la calle árabe.

Esta realidad ha sido reconocida por diversas publicaciones occidentales. Así por ejemplo, un artículo de la revista alemana Der Spiegel ha señalado que el antiguo orden mundial, en el que EEUU jugaba un papel dominante, ha tocado a su fin.

"Los últimos acontecimientos sobrevenidos en la esfera política internacional han marcado un giro principal y el inicio de una nueva era en la que los equilibrios de fuerza han cambiado de forma definitiva", señala la revista alemana Der Spiegel.

La revista considera que la época de la dominación occidental es cosa del pasado y que EEUU ya no ostenta una influencia determinante en la esfera mundial. Los gobiernos occidentales no cesan de repetir que Rusia se encuentra aislada en el mundo. Sin embargo, la política internacional ya no gira en torno a EEUU y Europa. En este sentido, Der Spiegel señala que la alianza chino-rusa está incrementando su influencia internacional y recuerda que los presidentes ruso y chino, Vladimir Putin y Xi Jinping, comparten ahora habitualmente el podio en los desfiles militares que se celebran en ambos países.

El primer ministro de la India (país miembro del BRICS), Narendra Modi, ha señalado igualmente en un reciente tuit enviado con ocasión del 63º cumpleaños de Putin: "Ruego a Dios que te aporte salud, alegría y una larga vida".

Por su parte, el ex embajador de EEUU en varios países árabes y musulmanes, Ryan Crocker, dijo al Wall Street Journal que "la influencia de EEUU en Oriente Medio atraviesa un declive sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial". "La región no posee ya ningún grupo importante que apoye a EEUU", señala, por su parte, Emile Hokayem, analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres. Él considera que EEUU "ha perdido su posición dominante en Oriente Medio para siempre. El que venga detrás de Barack Obama no tendrá ya muchas cartas que jugar allí", añadió.

Israel, que utiliza a EEUU a su conveniencia, no duda en alejarse de este país cuando le conviene y está buscando un modus vivendi con Rusia, como demuestra la negativa israelí a apoyar una resolución propuesta por EEUU contra Rusia en la Asamblea General de la ONU con respecto a Crimea, la península que se adhirió el pasado año a Rusia. Israel tampoco ha criticado los ataques aéreos en Siria contrariamente a EEUU. Esto demuestra que Israel no siente ninguna lealtad hacia EEUU a pesar de toda la ayuda política, económica y militar que este último le presta.

Por el contrario, Rusia ha reforzado su papel en Oriente Medio mediante su intervención en Siria contra el terrorismo y el estrechamiento de relaciones con dos antiguos aliados: Iraq y Egipto, que dependen cada vez más del armamento ruso. Estos dos países han mostrado su apoyo a los ataques aéreos rusos en Siria y, en el caso de Iraq, ha establecido una sala conjunta en Bagdad donde cuatro países -Iraq, Siria, Irán y Rusia- coordinen su política de lucha contra el terrorismo. Esto ha creado una alianza militar de facto entre estos cuatro estados. Por su parte, Egipto ha cambiado su política hacia Siria y apoya ahora al Estado sirio frente al terrorismo, cuyo azote también sufre.

Los pueblos de Oriente Medio no creen que EEUU tenga intención de luchar contra el terrorismo, y lo ven, por el contrario, como su principal patrocinador. Esto queda claro si vemos que Rusia ha logrado más en Siria en la primera semana de ataques contra el EI que EEUU y su coalición en todo un año. La utilización de los terroristas como instrumentos de su política por parte de Washington ha puesto de manifiesto su hipocresía en estos pasados 14 años cuando justificaba todas sus agresiones en la región en base a la supuesta "guerra contra el terrorismo". Hoy en día, queda claro que EEUU utiliza a Al Qaida, e incluso al EI, con el fin de lograr su principal objetivo político en Siria que es el de derrocar al gobierno de Bashar al Assad, que ha mantenido en todo momento la independencia de Siria y su alianza con Rusia e Irán. A EEUU le tiene sin cuidado las consecuencias que sus políticas, y las de sus aliados turco, saudí y qatarí, puedan generar: la instalación de un régimen cruel e inhumano en Damasco, la eliminación de las minorías religiosas en el país, la destrucción de su patrimonio cultural etc.

Este fenómeno se repite en Asia Central, donde el EI y sus aliados están ganando terreno, en especial en Afganistán. "Lo que pasa en Afganistán empuja a nuestros países hacia Rusia. Nadie confía en EEUU, ni la élite ni los ciudadanos ordinarios", señaló recientemente el primer ministro de Kirguistán, Tokon Mamitov.

Los países árabes han comenzado también una aproximación hacia Siria, no sólo porque creen ahora que el Estado sirio ganará esta guerra sino porque consideran que los acuerdos con Rusia pueden ser la mejor garantía para sus respectivas luchas contra el terrorismo. Existen otros factores también en esta nueva política como la profunda desconfianza hacia las políticas expansionistas neo-otomanas de Erdogan, particularmente rechazadas por los árabes, y su defensa del grupo de los Hermanos Musulmanes considerado un enemigo por muchos gobiernos de la región.

La complicada situación del régimen wahabí saudí, empantanado en la guerra de Yemen, donde cosecha un fracaso militar tras otro, su pésima gestión de la última peregrinación y su declive económico, que pone en cuestión la viabilidad de su política basada en sobornos económicos a otros estados, ha contribuido también a la consolidación de un ola de rechazo popular árabe e islámico a dicho régimen, cuya alianza con EEUU supone otra fuente principal de descrédito para este último.

De este modo, con su intervención en Siria, Rusia se ha convertido en el principal motor de lucha contra el terrorismo en Oriente Medio y el mundo y en un factor decisivo para derrotar la conspiración de sus promotores. Esto es comprendido por los pueblos y gobiernos de la región, que asiste ahora a un crecimiento sin precedentes de la influencia de Rusia, por encima incluso de la que en su día llegó a ostentar la extinta Unión Soviética.